La ley de la conservación de la materia es muy limitada. Los seres vivos materializan y desmaterializan materia (también transforman átomos en otros). Hay muchos experimentos que demuestran esto y que la ciencia convencional pasa por alto porque no puede explicar:
- 1799 Experimentos de Louis Nicolás Vaucquelin con gallinas.
- Experimentos de Albert von Herzeele publicados por 1882 Wilhelm Heinrich Preuss y por él mismo en 1883 y que tratan sobre la creación de materia (elementos) por parte de las plantas.
- Hauschka en 1930 investiga el fenómeno contrario: la desmaterialización.
- 1799 Experimentos de Louis Nicolás Vaucquelin con gallinas.
- Experimentos de Albert von Herzeele publicados por 1882 Wilhelm Heinrich Preuss y por él mismo en 1883 y que tratan sobre la creación de materia (elementos) por parte de las plantas.
- Hauschka en 1930 investiga el fenómeno contrario: la desmaterialización.
También hay referencias de otros posteriores y repeticiones de los anteriores que los confirman, todas ellas recogidas en la obra Cosmos y Gea, Fundamentos para una nueva teoría de la Evolución de Francesc Fígols, un breve resumen sería tal vez demasiado extenso como para incluir aquí.
Ernst Lehrs (1894-1979) explicó este fenómeno mediante un hipotético cuarto estado de la materia. La potenciación de sustancias (la alta dilución que realiza la homeopatía) consistiría en hacer que “desaparezca” la sustancia pero no su acción. Se demuestra experimentalmente que a partir de cierta dilución su acción cobra fuerza y que a partir de cierta dilución ésta se invierte.
La materia viva no sigue las mismas leyes físicas y químicas que la materia inerte y, a otro nivel, la materia potenciada (es decir que se ha diluido tanto que se ha “hecho desaparecer”) tampoco.
Ernst Lehrs (1894-1979) explicó este fenómeno mediante un hipotético cuarto estado de la materia. La potenciación de sustancias (la alta dilución que realiza la homeopatía) consistiría en hacer que “desaparezca” la sustancia pero no su acción. Se demuestra experimentalmente que a partir de cierta dilución su acción cobra fuerza y que a partir de cierta dilución ésta se invierte.
La materia viva no sigue las mismas leyes físicas y químicas que la materia inerte y, a otro nivel, la materia potenciada (es decir que se ha diluido tanto que se ha “hecho desaparecer”) tampoco.